Leyenda
“La Habana en tinieblas, la isla en tinieblas, San Isidro en tinieblas, porque han desaparecido la simpatía y la generosidad”. Así comienza el monólogo de la actriz que interpreta a la Jabá, el mítico personaje de Carlos Felipe en Réquiem por Yarini. Porque no sólo el mito y la leyenda corresponden a Yarini, sino que en el Réquiem… -magnífica intuición de Felipe-, la Jabá ocupa el centro indiscutible de la acción. Sabemos de Yarini a través de ella mucho más que por sus propias acciones. Y en ese misterioso Triángulo de la pasión que forman la Jabá, la Santiaguera y la Macorina, radica gran parte de la magia y la secreta imaginería de la pieza. ¿Qué mejor mirada para la recreación de ese mundo que la apasionada –y a veces descarnada- versión de la Jabá? Pero en Leyenda, monólogo inspirado claramente en la obra de Felipe, así como en otros textos (literarios y musicales) cubanos, la Jabá es el doble; en cierta forma, el alter ego de la Actriz. Y en este caso, el centro lo constituye, a su vez, la historia secreta, la fábula oculta de otra mujer, una actriz que, como la Jabá, vivió tiempos difíciles, defendió con pasión la vida y el amor y, como ella, corporiza la nostalgia por una Ciudad, un amante y un tiempo ya perdidos.